Jyoti Singh presta sus servicios como profesional de recursos humanos y cuenta con más de 15 años de experiencia en una variedad de funciones dentro del área de proyectos y programas. Reside en la actualidad en Bangalore, India, donde es voluntaria del Programa de Educación para la Paz (PEP), coordinando las actividades en el sur de ese país. Así mismo, ofrece apoyo a los voluntarios de la India para iniciar el PEP.
Con una apretada agenda, la presión laboral, equilibrar la vida familiar y los nuevos proyectos, ¿quién tiene tiempo para el resto de las cosas?, ¿cómo encuentras tiempo para ti mismo? Estas son las típicas preguntas que formula la gente a mi alrededor en el círculo profesional y personal que me muevo.
La ciudad de Bangalore es conocida como el Silicon Valley de la India, una ciudad vibrante y multicultural donde todo el mundo está ocupado. Los estudiantes se esfuerzan en sus carreras. Los profesionales consolidados aspiran a promocionarse más y luchar por iniciar nuevos negocios. Después de hablar con mucha gente, llegué a la conclusión de que la mayoría de ellos pasa el 70 % del tiempo en sus trabajos, un 20 % con los amigos, la familia o comprando y el 10 % atascados en el tráfico. Y sin embargo, me siento deleitada al ver que, a pesar de sus ocupadas vidas, encuentran en el PEP una buena inversión de su tiempo.
El innovador programa presenta el singular mensaje de paz de Prem Rawat a los estudiantes en institutos e universidades, a los profesionales en sus puestos de trabajo y a los jubilados. Cuando impartí mi primer taller del PEP el 22 de julio de 2014, entrené a un sólido grupo de 15 voluntarios que apoyaban el PEP en la zona en distintas funciones.
No ha habido vuelta atrás desde que el PEP llegó a diferentes ámbitos: médicos, enfermeras, ingenieros, funcionarios, científicos, maestros, profesores, estudiantes y otros profesiones participan ahora en el PEP. La gente que pensaba que dedicar su tiempo a algo que no fuera su rutina laboral era una pérdida de tiempo asiste ahora a talleres semanales de 10 horas de duración, en los que informan que están desarrollando y comprendiendo el valor de la existencia.
Muchas organizaciones valoran el PEP y comprueban que se trata de un programa que está cambiando la vida de los participantes. Estamos consiguiendo autorización para impartir el curso a nuevos grupos de forma continuada. Algunas empresas están incluso apoyándonos a preparar a sus empleados que quieren facilitar los talleres del PEP por ellos mismos. Es maravilloso comprobar cómo los participantes valoran tanto el programa, que quieren aprender a compartirlo con los demás.
«El PEP me ha ayudado a ver la vida desde un punto de vista completamente distinto y, además, estoy más centrado y disciplinado, lo que me permite priorizar el día a día. Como consecuencia, dedico más tiempo a mí mismo», comentó uno de los participantes de la junta de Central de la Seda de Bangalore, una agencia administrada por el Ministerio de Industria de Textiles.
Uno de los asistentes del Hospital Rainbow comentó: «Desconocía que hubiera una diferencia entre la satisfacción y la plenitud. Después de asistir al curso, me di cuenta de que son diferentes. Fue como abrir los ojos».
Para mí, participar en el PEP continúa teniendo un efecto gratificante en mi vida. Cada taller del PEP es único y es una fuente de aprendizaje. Me siento agradecida de pertenecer al equipo del PEP. Espero presentar el programa y el mensaje de Prem Rawat de paz a tantas personas y sitios como sean posibles.
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