Jyoti Singh es una profesional de los recursos humanos con una dilatada carrera en diferentes áreas de gestión, proyectos y programación. En la actualidad, reside en Bangalore, India, donde es voluntaria del
Programa de Educación para la Paz (PEP). Coordina las actividades e imparte el curso del PEP en el sur de la India. También ofrece apoyo a los voluntarios de toda la India que van a comenzar el PEP en su región
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En la actualidad, hay más de mil millones de jóvenes en el mundo. Una fuerza formidable. Si tenemos la esperanza de establecer una cultura de paz en el planeta, se precisa su apoyo y participación. Me alegra informar de que —a juzgar por las actitudes de los estudiantes que han participado últimamente en diferentes institutos en la India— hay un gran interés por la paz entre la población juvenil.
En el vanguardista Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencia en Bangalore (NIMHANS), 320 estudiantes de enfermería culminaron el PEP. Siempre resulta emotivo escuchar a los participantes expresarse durante los talleres y comentar sobre lo aprendido en las charlas en video de Prem Rawat que forman parte del curso.
«Como estudiante de enfermería he aprendido que el funcionamiento del cerebro y del corazón son esenciales para el cuerpo humano —dijo una de ellos—. Pero después del curso del PEP estoy contenta de saber, como señala Prem Rawat, que el corazón no es solamente un órgano, sino un lugar para sentir alegría verdadera y paz».
Cerca de 215 estudiantes de ingeniería y personal docente del Instituto de Tecnología Sambrahn también participaron en el PEP. Algunos expresaron que el mundo actual se está quedando pequeño, más integrado y tecnológicamente más avanzado. Pero que también les inquietaba que el mundo está cada vez más fragmentado y es menos pacífico. En los vídeos del curso, el mensaje de Prem Rawat está orientado a la belleza de la vida humana, el regalo del aliento y la posibilidad de saciar la sed de paz. Varios de los participantes comentaron que este mensaje es más necesario que nunca. Cuando terminaron el PEP, algunos de ellos se ofrecieron como voluntarios para ayudar a llevar a cabo talleres para otras personas.
En la Universidad de Chris, varios de los participantes también se ofrecieron como voluntarios. Comenzamos el primer taller por la tarde, pero los docentes nos pidieron que los trasladasen a la mañana, porque les mantenía enfocados y en calma. «Creemos que sería una buena forma de comenzar el día», dijo un participante. Y estuvimos encantados de complacerles.
Los estudiantes del Instituto Picasso de Animación, que están inmersos en procesos de creatividad e imaginación, se expresaron profusamente sobre cómo el PEP había enriquecido su perspectiva. Uno de los asistentes dijo: «Lo mejor del mensaje de Prem Rawat es que no está adscrito a una religión, compete al género humano. Ha reforzado mi fe en el ser humano».
Otro estudiante añadió: «He comprendido que soy la persona que puede solventar y responder a todos mis problemas. Me ha presentado a mí mismo, y le estoy inmensamente agradecido por ello».
Como voluntaria, resulta alentador ser testigo de cómo los cursos del PEP están cambiando la vida de muchos jóvenes. Cuando comenzamos a impartir el PEP en algunas universidades, algunos de los estudiantes dijeron: «¿Por qué la educación para la paz es para nosotros? Es nuestro momento de ir de fiesta, no de aprender sobre la paz». Pero a medida que el curso avanza el mensaje les llega y su perspectiva cambia. Es muy reconfortante ver esto. Con esperanza, encuentran que el proceso de descubrir la paz interior es la mayor fiesta de todas.